¿De qué depende la grandeza de un negocio?

13 noviembre, 2012

La diferencia entre una pequeña empresa y una gran corporación no es el tamaño, ni el capital, ni los bienes que posee, ni la cartera de clientes que maneja, sino la mentalidad de sus directivos, gerentes, o de aquel que tenga la potestad para tomar decisiones. La grandeza de un negocio comienza en la mente del empresario.

Ser una PyME no tiene porque ser una condena que obligue a gestionar un negocio a golpes y porrazos, tomando decisiones como el gran capataz que exprime a sus peones, se esconde de sus proveedores y se retrasa en todos sus pagos. Ser una PyME no tiene porque ser una buena excusa o una falsa justificación para la inapropiada gestión de un negocio. Todo lo contrario. Ser una pequeña empresa es una oportunidad estupenda para ser diferente en una sociedad que lo pide a gritos, para demostrar que las cosas se pueden hacer bien, aún con limitados recursos. Es una excelente oportunidad para dar el ejemplo, y ganar dinero haciendo las cosas bien.

La diferencia entre una PyME escrita con P de pequeña y otra escrita con G de Grandeza, está realmente en la mentalidad como empresario, en las ideas que se manejan, en la ilusión que se le pone a los negocios, en la proyección que se le da a futuro y en la forma en que se aplican todas estas cosas a las operaciones de cada día.

De hecho, con la mentalidad correcta y la actitud apropiada, una pequeña empresa puede ser mucho más eficiente que la mayor de las corporaciones y generar un entorno más positivo tanto interno, dentro de la misma, como externo, hacia los clientes y proveedores.

Es buen tiempo para demostrar que la calidad no se hace con dinero sino con empeño y mucho esfuerzo. Gestione un negocio con una gran G de grandeza, de cosas buenas, de gestión honesta y transparente, de enfoque en el servicio y la calidad, en aportar valor y los resultados comenzarán a ser diferentes para la PyME.

Fuente: www.puromarketing.com